Agua, leche,azúcar, huevo, ralladura de limón, ron, mantequilla y sal. Sí, estos son los ingredientes con los que podemos hacer gran parte de la pastelería que nos ha acompañado durante los últimos 50 años. Pero con la inclusión de un solo ingrediente más todos sabríamos a qué postre nos estamos refiriendo: el agua de azahar. Efectivamente, el Roscón de Reyes es el dulce indiscutible en cualquiera de las mesas de Navidad que nos rodean estos días.
Su tradición es antiquísima y su forma de tomarlo varía de una casa a otra: con una taza de chocolate caliente, acompañado de un licor aterciopelado, con un café con leche o, como mandan los cánones, sin ningún tipo de acompañamiento en forma de bebida.
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En estas señaladas fechas es típico encontrar colas en las pastelerías aguardando para poder comprar estas exquisiteces que se han convertido en productos gourmet con el paso de los años. Incluso los más avezados se atreven a elaborar este dulce en sus casas para darle el distintivo sello foodie a sus creaciones.
La principal atracción del Roscón es la sorpresa de su interior y, en muchas regiones de España, la inclusión de un haba. La tradición popular dice que la persona que descubre el haba en su interior debe pagar el importe completo del dulce navideño. Sin embargo, con el paso de los años, el haba ha ido desapareciendo en muchos lugares de la geografía española y la sorpresa ha cogido el testigo en cuanto al deber de pago de este archiconocido dulce navideño.
El increíble despunte que ha tenido la cocina desde la década de los 90´ en España ha provocado un terremoto culinario de increíbles dimensiones. Cada vez es más fácil encontrar productos que antes eran inimaginables en las estanterías de los supermercados, como es el caso del agua de azahar. Y, cómo no, cada vez son más los pasteleros y cocineros que desean sacar a la luz sus múltiples creaciones. El Roscón de Reyes tiene un gran número de versiones y se pueden incluir un sinfín de ingredientes desde los glaseados de chocolate, la inclusión de azúcar perlado en lugar de azúcar de granillo o los rellenos con crema de yuzu o té matcha.
Algunos de los más exclusivos lo podemos encontrar en la pastelería Nunos (Madrid), donde cada año el pastelero José Fernández lanza una edición especial de roscones. Desde el roscón tatín de manzana, el roscón borracho de chocolate y mandarina con Grand Marnier, el de crema de yogurt búlgaro o de café Irlandés. Auténticas obras creativas que permiten cada año disfrutar de exquisitos roscones perfectos para las fechas.
Otras de las pastelerías de referencia es Mama Framboise, también en la capital, en donde las variedades que encontramos van desde el Roscón “framboise”, el “apricot” o el “chocolate”. Tres tipos de roscón con un ingrediente como protagonista en cada uno de ellos.
Para aquellos que quieran probar nuevos sabores recomendamos el Roscón de Reyes que tienen en la pastelería Celicioso, también en Madrid, un Roscón que pueden comer los celíacos y especialmente recomendado para personas con intolerancias alimentarias.
No podemos pasar por alto la recomendación de uno de los sitios con más tradición pastelera de la Ciudad Condal, Barcelona, la pastelería Turris ofrece unos roscones tradicionales que acompañan con canela para brindar un toque exótico muy especial. Los catalanes y visitantes también pueden disfrutar en el barrio de Born del roscón de la pastelería Hoffman. Su pastelera, May Hofmann ofrece un bollo elaborado con mimo (larga fermentación) y relleno de crema, chocolate, chantilly o mazapán, entre otras opciones.
Si, por el contrario, queremos personalizar a nuestro gusto el roscón desde casa tenemos múltiples variantes que harán las delicias de nuestro comensales. A la hora de realizar la masa podemos incluir un aroma diferente al del agua de azahar; el azahar, al ser una flor, podría sustituirse por lavanda o por otra flor aromática que maride a la perfección con el resto de ingredientes. En cuanto al relleno, aunque los más puristas defiendan el roscón clásico sin ningún tipo de aditivo en su interior, podemos encontrar un sinfín de cremas, cremas montadas o mermeladas y confituras: nata montada, trufa con nata montada, chocolate, cabello de ángel, crema pastelera, confitura de frambuesa, mermelada de melocotón o chantilly con café. Por último, la decoración suele incluir fruta escarchada, azúcar en granillo y almendra en granillo o fileteada. Sin embargo, si queremos darle un toque diferente en nuestras casas podemos incluir un glaseado de limón en lugar del azúcar en granillo, la inclusión de otros frutos secos como las avellanas, los pistachos o las nueces y, por último, podemos confitar naranjas en lugar de incluir fruta escarchada.
Carlos Berki
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