ITALIA,
NÁPOLES Y SU ENTORNO
Un nuevo viaje con la
Hermandad de Jubilados de los ministerios de Comercio, Economía y Hacienda. En
esta ocasión vamos a efectuar un periplo de una semana que nos va a llevar a
conocer mínimamente varias atracciones de Nápoles, Pompeya, Herculano, Sorrento,
la costa amalfitana y Capri.
Esta vez no nos acompañan
los compañeros del Grupo de Viajes de la Hermandad, Jorge y Pilar, Elena y nuestra Vocal de Cultura,
Maribel,
por diversos motivos. A cambio, mi amigo Pedro, que también es de la partida, y yo, nos
vemos acompañados por un grupo de amigos con algunos de los cuales ya hemos
entablado una amistad en anteriores excursiones, tales como Maribel,
Vocal de Relaciones Institucionales de la Hermandad y su marido Paco,
Antonia Mari
y Luis,
o nuevos conocidos como un matrimonio amigo de los anteriormente citados y del
que siento no recordar los nombres.
Antes de comenzar con el
relato cronológico de los hechos, indico como siempre las fuentes que he
utilizado para narrar la parte cultural de esta historia: el atlas visual
Patrimonio de la Humanidad de National Geographic, una guía de Italia de Anaya
Touring, los prospectos de alguna de las atracciones visitadas, y por último la
Wikipedia.
En cuanto a las
fotografías que acompañan mis palabras, todas ellas fueron tomadas con una
cámara Leica M9-P y dos objetivos Leica, Elmarit 28mm f/2,8 y Summicron
50mm f/2.
Sin más preámbulos, paso a
narrar las vicisitudes de nuestro viaje.
Martes
26 de septiembre de 2017
MADRID
Me levanté a las 05:30 y
me recogió un taxi a las 06:15. Llegué al aeropuerto a las 06:40, casi al
unísono que mi amigo Pedro. Ambos nos dirigimos al punto de
encuentro acordado donde nos saluda Andrés, el director de nuestra agencia de
viajes Paso a Paso que vuela con nosotros. A las 07:00 estábamos en el mostrador 918 para
facturar.
El vuelo, previsto para
las 08:45 despegó a las 09:00 y aterrizamos en Nápoles a las 11:05.
Martes
26 de septiembre de 2017
NÁPOLES
A las 12:00, los 42
expedicionarios salíamos del aeropuerto en nuestro autobús Mercedes al volante
del cual se encuentra un experimentado y, yo diría que perfecto conductor y si
cabe mejor persona, Giovanni. Efectuamos un corto paseo panorámico
donde ya pudimos admirar la bahía de Nápoles con el Vesubio en lontananza y
también la isla de Capri.
Nápoles, la tercera ciudad
en importancia de Italia (tras Roma y Milán) con tres millones de habitantes,
cuyos suburbios se prolongan muchos kilómetros a lo largo del golfo del mismo
nombre, ofrece un panorama único con el Vesubio como imponente escenario de
fondo.
El centro histórico de
Nápoles se remonta a la fundación griega de Parténope, cuyo casco antiguo se
amplió con una ciudad nueva (Neápolis). Numerosas culturas del mediterráneo
–desde los griegos hasta los Borbones españoles, pasando por los normandos- han
dejado su huella en la ciudad, lo que explica el particular microcosmos que,
dentro de Italia, representa Nápoles.
En su origen, el barrio
español era el cuartel de los virreyes españoles, que gobernaron en Nápoles
entre 1503 y 1734.
La historia de la ciudad,
en algunos de cuyos lugares parece que el tiempo se haya detenido, se remonta
al asentamiento griego del siglo V a.C. Junto a la capilla de San Genaro, la
basílica de Santa Restituta, que se halla en el interior de la catedral de San
Genaro, del siglo VI, con sus antiguas columnas y el baptisterio adornado con
mosaicos del siglo IV, pone de manifiesto la temprana propagación de la fe
cristiana en esta región.
A las 13:00 comíamos,
entremeses, pasta y calamares con gambas y una tarta de chocolate de postre. Lo
hacemos con Maribel
y Paco,
Luis
y Antonia
Mari y el otro matrimonio citado. Siempre que Pedro y yo tuvimos ocasión, al
ser las mesas de ocho comensales, lo hicimos en la misma compañía. En esta primera
comida, y como incidencia reseñable, señalaré que tiré una copa de agua que me
mojó en parte el pantalón; es algo que afortunadamente no me suele suceder y
que por lo tanto me causó un ligero contratiempo.
Acabamos de almorzar sobre
las 15:00 horas y luego dimos otra vuelta, esta vez a pie, por Nápoles. Vimos
la plaza del Plebiscito, donde se encuentra el
Palacio
Real
Su construcción comenzó en
1603 y finalizó hacia la mitad del siglo XIX. Desde 1919 alberga la Biblioteca
Nacional. El palacio Real ocupó en el siglo XVII, el lugar del Castel Nuovo
como residencia de los virreyes. En su interior pueden verse muebles y pinturas
de los Borbones.
Luego continuamos nuestro
paseo que nos llevó frente al
Teatro
San Carlos
Es el teatro más
importante de Nápoles. Inaugurado en 1737, es uno de los más famosos, y en
cualquier caso, el más antiguo teatro de ópera del mundo. Por sus dimensiones y
estructura sirvió de modelo a los teatros de ópera que siguieron a su edificación.
Carlos III de España, rey de Nápoles y Sicilia,
fue el promotor de su construcción, que se hizo en solo 9 meses siendo su
arquitecto Giovanni
Antonio Medano. En 1816 el teatro se incendió y el rey Fernando I
encargó su reconstrucción al arquitecto Antonio Niccolini que llevó a cabo diversas
variaciones, infundiéndole su sello personal y neoclásico.
Continuamos nuestro camino
hasta las galerías Umberto I. Aquí nos hicimos la primera foto de grupo.
Nos dan tiempo libre que Pedro y yo aprovechamos para tomamos un café
en una de las terrazas de las galerías A las 17:00 nos recogieron Andrés
y nuestra eficiente guía, cuyo nombre hasta ahora no había citado, Fiorella.
A las 18:00 estábamos en
el Hotel Naples. Me han dado la habitación 206, amplia y confortable pero sin
repisas en el baño.
Hasta la hora de la cena,
salí con Pedro
a dar un paseo y tomarnos unas tónicas en una terraza.
Cenamos a las 20:30,
risotto, una chuleta de cerdo y macedonia de frutas.
Miércoles,
27 de septiembre de 2017
Desayunamos a las 07:45.
Salimos del hotel a las 08:30. Nos dirigimos a Caserta. Vamos a visitar el
Palacio
Real de Caserta
Este palacio forma parte
del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
En el siglo XVIII, Luigi
Vanvitelli creó en Caserta, situada a 40 Km al norte de Nápoles, un
complejo palaciego para el rey Carlos de Borbón que podía rivalizar con
Versalles en pompa y dimensiones.
El palacio de Caserta,
construido entre 1752 y 1775, debía reflejar el poder y la arrogancia de los
Borbones, que gobernaron Nápoles desde 1734 a 1860. Por una ironía de la
historia, cuando se terminó de construir apenas llegó a utilizarse. Las medidas
del edificio superan cualquier dimensión normal: la planta mide 253 por 202 m y
sus 1.217 habitaciones se encuentran repartidas entre cinco pisos en 45.000 m2.
Los principales atractivos son la escalera de honor, la capilla del palacio y
el teatro de la Corte, con los jardines como escenario de fondo.
El palacio realmente
impresiona por sus dimensiones y elegancia, aunque la percepción que tuvimos Pedro
y yo es que quizás estaba necesitado de un mejor mantenimiento. En el recinto
palaciego, tras una media hora de tiempo libre, permanecimos hasta mediodía en
que nos dirigimos almorzar en una zona próxima. Igual que la comida de ayer, lo
hacemos con Maribel
y Paco,
Luis
y Antonia
Mari y el otro matrimonio amigo de ellos. Tomamos dos primeros
platos, ambos compuestos de pastas en diferentes modalidades y luego mozarella
y berenjenas rellenas con pimientos.
Por la tarde nos dirigimos
al centro de Nápoles, casco antiguo, donde visitamos el
Monasterio
de Santa Clara
La construcción del
complejo monumental se inició en 1310 por voluntad del rey Roberto de Anjou y de su mujer Sancha de
Mallorca. Santa Clara se terminó en el año 1340 y se utilizó como
iglesia sepulcral de los Anjou.
La ciudadela franciscana
está compuesta de dos conventos, uno para las clarisas y el otro para los
frailes menores franciscanos. La iglesia presenta sus originales formas
góticas.
El claustro, una joya del
rococó, sufrió varias transformaciones a lo largo de los siglos. La más
importante es la de D.A. Vaccaro, entre 1739 y 1742 realizando dos
paseos que al cruzarse lo dividen en cuatro sectores. 64 pilares octogonales
flanquean las avenidas bordeadas de azulejos con festones vegetales. Los
pilares están unidos por asientos integralmente de mayólica del siglo XVIII sobre
cuyos respaldos están representadas escenas de género, rústica, marinera y de
la mitología.
El grupo dio un paseo por
el precioso claustro mientras Fiorella nos enumeraba la historia del
monasterio.
Cuando finalizamos nuestra
visita a Santa Clara, nos dirigimos a una atracción que no estaba prevista en
un principio en el programa, el
Cristo
velado
El Cristo Velado es una
escultura en mármol, realizada por Giuseppe Sanmartino que se conserva en la
capilla de Sansevero y cuya imagen ha dado la vuelta al mundo por la prodigiosa
textura del velo marmóreo que la recubre, maravilla del virtuosismo.
La escultura, cuyas
dimensiones son 50x80x180 cm, fue realizada en 1753 y está considerada como una
de las obras maestras de la escultura mundial. Entre sus admiradores ha tenido
a Antonio
Canova que, después de haber intentado adquirirlo en vano, se
declaró dispuesto a dar diez años de su vida con tal de ser capaz de realizar
tamaña obra maestra.
No es de extrañar la afirmación
de Antonio
Canova, pues la escultura es realmente impresionante, y parece
increíble lo conseguido con el trabajo realizado sobre el mármol por Sanmartino
para obtener semejante proeza. En el recinto no se podía hacer fotos, razón por
la cual no hay testimonio gráfico de la imagen.
Como colofón del día, fuimos
a visitar el museo arqueológico, realmente extraordinario, y cuyas piezas
sobresalientes son sin duda alguna los frescos y objetos procedentes de las
excavaciones de Pompeya.
Museo
Arqueológico
El museo es uno de los más
importantes y antiguos del mundo por la riqueza y el carácter único de su
patrimonio arqueológico.
El origen y la formación
de sus colecciones se deben a Carlos III de Borbón, que tras ascender al
trono del reino de Nápoles en 1734, ordenó realizar las primeras excavaciones
de las ciudades que quedaron sepultadas en la erupción del Vesubio del año 79
d.C. El mismo monarca ideó el proyecto del Museo Farnesiano, al trasladar a
Nápoles parte de la rica colección heredada de su madre Isabel de Farnesio. Fue su
heredero Fernando
IV, quien decidió reunir en el edificio actual la colección Farnesio
y el repertorio de restos vesubianos, que constituyen los dos núcleos
principales del museo.
El edificio, que data de
finales del siglo XVI y en un principio estaba destinado a caballeriza, se
convirtió en 1616 en sede de la Universidad y a partir de 1777 fue sometido a
una larga fase de reformas y ampliaciones dirigidas por los arquitectos Fuga
y Schiantarelli.
Las primeras instalaciones
se inauguraron durante la Década francesa (1806-1815) y con la vuelta de los
Borbones a Nápoles en 1816, el museo adquirió el rango de Real Museo Borbónico.
Concebido como una institución de carácter enciclopédico, el edificio albergó
diferentes institutos y talleres que posteriormente se trasladaron a otros
lugares.
Con la unificación de
Italia el museo pasó a ser Nacional. Sus colecciones se han ido enriqueciendo
con piezas halladas en excavaciones realizadas en el sur de Italia y otras
procedentes de colecciones privadas.
En 1957 la pinacoteca fue
trasladada a Capodimonte, por lo que la colección adquirió su distribución
actual.
En el museo estuvimos
desde las 17:00 a las 19:00 en que el autobús nos trajo de regreso al hotel.
Cenamos a las 20:30, de
primero pasta, tortellini, luego emperador con ensalada y de postre una tarta
de hojaldre.
Jueves,
28 de septiembre de 2017
Salimos del hotel a las
09:00 de la mañana y fuimos andando hasta la catedral de Nápoles, que vimos en
su interior, así como visitamos la
cripta y el tesoro de San Genaro, algo esto último que no estaba incluido
en el programa inicial.
Catedral
de Nápoles
La catedral de Nápoles
presenta una serie de diversos estilos arquitectónicos: al gótico original se
le sumó el barroco al ser remodelada por el arquitecto Luca Giordano. En el siglo XIX
la fachada fue reconstruida por Enrico Alvino con el estilo gótico original.
En la actualidad, la fachada es neogótica, sus puertas góticas del siglo XIV y
la sala principal barroca.
La capilla del tesoro, de
estilo barroco, posee la estatua de plata del busto de San Genaro, que guarda la cabeza
del santo. El tesoro está compuesto por varias donaciones de ricos devotos,
entre las cuales sobresale la mitra de plata con piedras preciosas donada por Matteo Treglia.
Según un equipo de expertos, con sus 21.000 joyas es hasta más rico que el
Tesoro de la Corona Británica.
En la capilla se
encuentran las cápsulas que contienen la sangre del santo. Todos los 19 de
septiembre, aniversario de su muerte, la sangre se licúa, atrayendo a miles de
fieles anualmente.
Todos estos pormenores nos
fueron profusamente explicados por nuestra estupenda guía Fiorella. Sobre las 10:30
finalizamos nuestra visita y nos dirigimos, de nuevo a pie, hasta el hotel,
donde nos esperaba nuestro autobús. Nos dirigimos a la
Zona
arqueológica de Cuma
Cuma es una antigua ciudad
de la Magna Grecia, actual Campania, cercana a Nápoles. Estuvo situada a unos
10 Km del cabo Miseno, y de su existencia solo subsisten algunas ruinas. Cerca
de la actual Cuma están las ruinas de la ciudad antigua. Debajo de estas ruinas
existen varias cuevas y cuenta la leyenda que una de ellas es la sede donde se
alojaba la famosa Sibila de Cuma. En la Antigüedad se la
consideró como la más importante de las diez sibilas conocidas.
Estuvimos paseando por
estos interesantísimos lugares durante cerca de una hora. El sitio,
sinceramente, impresionaba y creo que la visita estaba plenamente justificada. Fiorella
nos explicó muy bien todo lo relacionado con la historia de Cuma.
Finalizada la visita nos
dirigimos a comer en un lugar próximo. Es una
especie de terraza cercana al mar en la que el calor hace muy difícil
una cómoda estancia. Afortunadamente, gracias a las buenas gestiones de Andrés,
se abren las cortinas de plástico que recubrían las paredes y se hace así
posible una mejor permanencia en el interior del recinto. Yendo a las viandas
que consumimos, tomamos de primero entremeses, luego espaguetis y para
finalizar pescado blanco. De postre una pequeña tarta, y uvas y plátano en
rodajas.
Después de la comida nos
dirigimos a Pozzuoli donde visitamos el anfiteatro Flavio.
Anfiteatro
Flavio de Pozzuoli
Este anfiteatro fue
construido a finales del siglo I, en tiempos del emperador romano Vespasiano,
de la familia de los Flavios. Fueron seguramente los mismos arquitectos que
construyeron el Coliseo de Roma que data también de la época de Vespasiano.
El anfiteatro de Pozzuoli,
fue el tercer anfiteatro por su amplitud (podía alojar unos 40.000
espectadores) inferior solo al Coliseo romano y al anfiteatro de Capua.
Aquí estuvimos hasta las
16:00 en que el autobús nos trasladó a la siguiente atracción, la cartuja de
San Martín, pero en el camino sucedió un incidente realmente pintoresco. Creo
que este es el lugar adecuado para decir que el tráfico en Nápoles es realmente
caótico, siendo más que habitual los atascos monumentales. Ahora bien, para
nuestra sorpresa, no presenciamos altercados, algaradas ni manifestaciones
ruidosas de cláxones en protesta. Parece que los napolitanos se resignan a un
caos conocido. Pues bien, en su marcha, nuestro autobús se vio atrapado en una
calle durante 45 minutos de reloj, debido, al parecer, a un coche mal aparcado.
En ningún momento elevó alguien la voz ni hubo aspavientos. Finalmente, vino la
policía municipal y pudimos continuar nuestro camino.
Cartuja
de San Martín
Situada en la colina de
Vomero, domina la ciudad y la bahía. Se inauguró en 1325. Su corazón es la
iglesia de estilo gótico, con frescos y pinturas barrocas en las capillas,
naves y presbiterio. Bustos de mármol de Vaccaro y unos magníficos suelos y
paredes de mármol diseñados por Fanzago.
Aquí permanecimos una hora
de 17:15 a 18:15. Impresionante la iglesia, a la que no se permite entrar por
restauración, y solo se puede ver desde la puerta. Visitamos el claustro y una
exposición de belenes napolitanos. La rigen los franciscanos.
Desde los jardines de la
cartuja hay unas maravillosas vistas de Nápoles, algo que aprovecho para
realizar alguna que otra fotografía.
Hablando de fotografías,
algo que hasta ahora no había comentado, y creo que este lugar puede valer para
hacerlo, en este viaje, y no sabría decir las razones, he encontrado más
dificultades que nunca para realizar mis fotos, ya que casi nunca hallaba el
terreno diáfano. Mis compañeros, lógicamente sin intención, siempre se
introducían en el campo visual de mi cámara… Por todo ello, las fotos que
acompañan este reportaje, creo que son dignas y adecuadas, pero particularmente
no es la vez en la que he quedado más satisfecho de mis tomas.
Abandonada la cartuja, llegamos
al hotel a las 19:15 y cenamos poco después, a las ocho de la noche, de primer
plato sopa minestrone y de segundo un cordon bleu acompañado de verduras; de
postre fruta: melón, piña y kiwi
Viernes,
29 de septiembre de 2017
Salimos de Nápoles a las
09:00 con las maletas en el autobús. Nos dirigimos a Pompeya
POMPEYA
Las zonas arqueológicas de
Pompeya y Herculano, vestigios de las erupciones del Vesubio en el año 79,
ilustran de manera impresionante la cultura y la vida cotidiana de los romanos.
En el terreno que se halla
por debajo del cono volcánico, las excavaciones, que se iniciaron en el siglo
XVIII, están sacando a la luz las ruinas de las poblaciones que reposan bajo
una capa de lava que alcanza los 7 m de profundidad en Herculano. Hasta la actualidad, solo
se han excavado 2/3 partes del área. De momento, el visitante de Pompeya puede
pasear por el foro enmarcado por templos, termas y teatros, tabernas y
viviendas, y en este lugar, donde antaño vivieron decenas de miles de personas,
es fácil formarse una idea de la vida cotidiana romana.
Las pinturas murales y
los esgrafiados son especialmente impresionantes. Se han descubierto casas de
patricios como la llamada casa del Fauno o la de los Vettii, así como letrinas,
comercios, panaderías y alimentos, como panes y utensilios de uso cotidiano,
como vajilla y objetos de escritorio. Al enfriarse la lava legó para la
posteridad perfectos vaciados en molde de personas y animales que quedaron
sepultados.
No puedo dejar de viajar
con el pensamiento 20 siglos atrás e imaginarme lo que era una ciudad
maravillosa, viva…
La visita resultó muy
didáctica y pudimos apreciar en nuestro recorrido todos los lugares citados en
el párrafo anterior. Aquí, realizamos una fotografía del grupo donde se vislumbra
el Vesubio al fondo de la imagen.
Permanecimos en las ruinas
de Pompeya hasta las 12:30, hora en la que nos dirigimos a comer. En esta
ocasión degustamos entremeses, de segundo lasaña y luego fritura de calamares
con gambas; de postre fruta y además una tarta.
Hacia las 15:00 horas
salimos hacia la costa sorrentina por una sinuosa carretera con vistas
espectaculares. Nos detenemos en un lugar de la carretera desde el que podemos
apreciar un hermoso panorama.
SORRENTO
Sorrento es un municipio
italiano localizado en la ciudad metropolitana de Nápoles. Cuenta con unos
17.000 habitantes en 10 Km2. Es un popular destino turístico y sus lujosos
hoteles han atraído a famosas personalidades, como por ejemplo, Enrico Caruso
y Luciano
Pavarotti.
El centro histórico de la
ciudad muestra todavía el trazado octogonal de las calles de origen romano,
mientras hacia el monte está rodeada de murallas del siglo XVI. Se encuentran
la catedral, reedificada en el siglo XV, con fachada neogótica, y la iglesia de
San Francisco con un notable fresco del siglo XIV.
A Sorrento llegamos sobre
las 16:00 horas. Visitamos la iglesia de San Antonino, patrono de
Sorrento, y luego el claustro de San Francisco. A continuación nos
dirigimos a un parque a orillas del mar desde el que podemos apreciar unas
hermosas vistas.
A las 17:00 nos dan tiempo
libre hasta las 18:25. Paco, Luis, Pedro y yo nos sentamos en una terraza donde
nos atienden dos cubanas muy simpáticas, Julieta y Ana. Lo pasamos muy bien. Mientras, Maribel
y Antonia
Mari iban de compras para unírsenos con posterioridad.
Salimos de Sorrento a las
18:30 y llegamos a Herculano a las 19:45. Nos alojamos en el Hotel Miglio d’oro
Park Hotel. Me dan la habitación 510, una auténtica suite.
Cenamos a las 20:30. Según
la carta que teníamos impresa sobre la mesa, saboreamos de primero Mezze
maniche pasta con algas y de segundo plato Tortilla de pescado de arenques de
temporada; de postre chocolate suave. La verdad es que la cena resultó muy
satisfactoria, pero el segundo plato, de tortilla nada de nada, allí no había
huevo por ningún lado; no obstante estaba bueno. En cuanto al postre,
francamente sabroso.
Durante la cena, Andrés
nos anuncia una visita nocturna a Herculano que no estaba prevista en el
programa. Las ruinas están próximas al hotel y es una auténtica oportunidad.
Algo más de la mitad de los expedicionarios se apuntó a la cita, que según me
comentaron los asistentes a la misma (quien escribe estas líneas estaba
materialmente “reventado” y excusé la invitación) resultó todo un éxito, pues
además, tuvieron como guía al director de la excavación.
Sábado,
30 de septiembre de 2017
Desayunamos y salimos ya
con las maletas en el autobús, para visitar la
COSTA
AMALFITANA
La región de Amalfi, con
su impresionante costa escarpada, sus profundos barrancos y sus peñascos sobre
un mar azul celeste, constituye una de las mayores bellezas naturales de
Italia.
Esta sección de la costa
se abre con una carretera panorámica, repleta de sinuosas curvas, desde la cual
se disfruta de una vista sobrecogedora del golfo de Salerno.
Positano
se encuentra entre los asentamientos más antiguos de Italia y fascina por sus
casitas enjalbegadas y sus vistosos palacios, que se amoldan a las escarpadas
rocas.
Hemos parado en la zona de
Positano con unas vistas increíbles. La carretera es demencial. Vamos en dos
minibuses ya que el autobús habitual, una gran Mercedes, no puede circular por
estas carreteras.
Paramos luego en Amalfi,
donde hemos visto la catedral y hemos comido, pasta de primero y emperador con
ensalada.
Amalfi
fue en el siglo IX, una de las repúblicas marítimas más poderosas del
Mediterráneo y obtuvo una riqueza inmensa gracias al comercio con Oriente. Las Tavole Amalfitane, hasta hoy custodiadas
en el ayuntamiento, contienen el primer código de derecho marítimo fijado por
escrito. Desde el siglo XIII las reliquias del apóstol San Andrés, cuya tumba se
encuentra en la catedral, de origen románico y posteriores añadidos barrocos,
velan por el bienestar de la ciudad. El hermoso claustro, llamado del Paraíso,
se construyó entre 1266 y 1268.
Catedral
de Amalfi
De la época en que Amalfi,
entre los siglos IX y XI, junto con Pisa, Venecia y Génova, fue la República
marítima más importante, nos habla la catedral, construida en estilo
arábigo-normando. Su actual revestimiento barroco, llevado a cabo gracias al
arzobispo Michele
Bologna data del siglo XVIII y prácticamente ha borrado las
primitivas obras de estilo románico.
Los mármoles polícromos,
el techo artesonado con telas que exaltan la figura de San Andrés, ofrecen un
espectáculo fascinante y que llena el espíritu.
Luego hemos seguido nuestro
camino hasta Ravello que se encuentra algo oculta entre las montañas y
sorprende por sus obras maestras arquitectónicas. Según parece, el jardín de
aire oriental de villa Rufolo, que visitamos, inspiró al compositor
alemán Richard
Wagner ciertos motivos de su ópera Parsifal, compuesta en parte en este lugar.
Ya en el Hotel Villa Le
Zagare, en Gragnano, por la tarde noche, me dan la habitación 111, que por
mediación de Andrés
me acaban cambiando por la 121 ya que la primera era francamente deficiente.
Cenamos una sopa de
primero y un surtido de carnes de segundo, una chuleta de cordero, filete de
pavo e hígado de ternera.
Domingo,
1 de octubre de 2017
Nos levantamos muy temprano,
nos han llamado a las 06:30 (yo ya estaba despierto) y Pedro y yo hemos ido a desayunar
a las 06:55.
Hemos salido del hotel a
las 07:45 para coger un barco en Castelmare a las 08:25 en dirección a Capri. Hicimos
una parada en Sorrento y luego hemos llegado a Capri sobre las 09:30.
CAPRI
En la bahía de Nápoles se
sitúan tres islas, Capri, Ischia y Prócida. La isla de Capri está localizada en
el mar Tirreno, en el lado sur del golfo de Nápoles, frente a la península
Sorrentina. Tiene una superficie de algo más de 10 Km2, un perímetro aproximado
de 17 Km y unos 12.000 habitantes. Ha sido un lugar de célebre belleza y centro
vacacional desde la época de la antigua república romana. Administrativamente,
la isla pertenece a la ciudad metropolitana de Nápoles, en la región de
Campania.
Han sido numerosos los
personajes que han recalado en Capri: Lenin, Gorki, Marguerite Yourcenar, Curzio Malaparte, Axel Munthe,
la reina Victoria
de Suecia…
En la isla de Capri se
sitúa la maravillosa mansión del médico Axel Munthe que la hizo famosa en su libro La historia de San Michele. Ésta ocupa
el emplazamiento que tuvo la villa del emperador Tiberio que dio a conocer la
isla con sus orgías.
En el centro hemos cogido
dos minibuses que nos han llevado subiendo hasta Anacapri. En los tiempos en
que Axel
Munthe levantó San Michele, no existía carretera, y para llegar
hasta Anacapri desde Capri había que subir una escalera fenicia de 777
peldaños, tal como afirma Axel Munthe en su libro. En Anacapri hemos
dado un paseo viendo las fantásticas vistas de Capri desde lo alto, y en
concreto de la zona de Marina Grande, y luego hemos visitado la villa San
Michele, donde he realizado todas las fotos que he podido. Para mí ha sido el
momento más emocionante del viaje. Aquí tengo que hacer un paréntesis y
explicar el porqué de mi emoción.
La
historia de San Michele
Hace 50 años, exactamente
en 1967, quien escribe estas líneas era un joven estudiante de 20 años. Paseaba
en unión de mi padre a la búsqueda de algún libro en la librería del edificio
que tenía Galerías Preciados en la calle de Arapiles, junto a nuestra casa de
la calle Vallehermoso. Al pasar por un expositor, mi padre me señaló un libro y
me dijo: “cómpralo, te gustará, es una maravillosa historia”. Hice caso a la
sabiduría de mi padre, sin dudarlo. El libro era una edición en rústica, que
por supuesto aún poseo, de la Historia de
San Michele. Nunca le estaré suficientemente agradecido a mi padre. Sin su
recomendación, seguramente yo jamás habría conocido un libro extraordinario.
Desde esa ya lejana fecha
de 1967, la obra se convirtió en mi favorita, en mi libro de cabecera, y, a
fuer de ser excomulgado, afirmo que lo pongo a la cabeza de los aproximadamente
3.000 volúmenes de mi modesta biblioteca. Mi obsesión con esta obra me ha
llevado a la búsqueda y adquisición de ediciones antiguas que luego he
encuadernado, entre ellas, una primera edición española de 1935 con una
preciosa dedicatoria. Siempre que he tenido ocasión, he ofrecido el libro en regalo.
De ello pueden dar fe mis hijos, mis amigas Celia y Soco, o mi colaboradora en mis
últimos años activos en el ministerio, Carmen entre otros amigos.
La
historia de San Michele es teóricamente una autobiografía,
pero es mucho más. Si es una autobiografía es una autobiografía que no se
parece en nada a las habituales. Su autor, médico sueco doctorado muy joven en
París, no fue solo un médico de moda en París y Roma de fines del siglo XIX y
principios del XX, fue un intelectual amante de las personas y de los animales,
cultivado hasta el grado máximo, conocedor profundo de varios idiomas, que
tocaba el piano y el violín, entre otras muchas aptitudes y que casi edificó
con sus propias manos San Michele. A los 18 años conoció Capri y se propuso que
algún día viviría allí. Cuando las circunstancias se lo permitieron, huyó de
las altas esferas en que se movía en París y Roma para refugiarse en Capri y
adquirir con sus ahorros y gran esfuerzo los terrenos donde había estado la
morada de Tiberio, y edificar la villa que vemos hoy en día, San Michele,
ornada de antiguos vestigios romanos por doquier y modestos muebles que
componían lo que fue su vivienda.
La
historia de San Michele nos cuenta la relación del
protagonista con los campesinos y pescadores de Capri, con la alta sociedad de
París y Roma y con los humildes y desheredados, el cólera en Nápoles, las
Hermanitas de los Pobres, Laponia, Billy el mono zambo, sus perros, el
santuario de los pájaros… Podría seguir escribiendo sin parar sobre el mismo
tema, pero entonces no acabaría nunca, y ya estamos muy cerca del final de
nuestro viaje. Para acabar este párrafo, unas líneas de lo que se escribe en la
solapa del libro de una de las ediciones que poseo:
“Axel Munthe (1857-1949),
reconocido médico y poeta, nos narra en esta apasionante novela autobiográfica
sus hazañas como médico y su decisión de emprender, durante un viaje a la isla
de Capri, la reconstrucción de la capilla y de la villa de San Michele de las
ruinas tiberianas. El autor nos habla del contacto con la naturaleza y de su
relación con los habitantes de la isla, pero también de la historia de Italia,
de mitología y sobre las hazañas de los viajeros durante los siglos XVIII y
XIX.
Se trata de un documento
literario y humano, con esa extraña sencillez de pensamiento que con frecuencia
es atributo del genio. Desde su publicación en 1929, este libro se ha
convertido en un clásico inolvidable”.
Desde los jardines de San
Michele se pueden admirar unas maravillosas vistas de Capri, en concreto de
Marina Grande.
Hemos bajado de Anacapri
en dos minibuses, y a las 12:30 nos hemos dirigido a comer. De primero un
risotto y raviolis, de segundo fritura de calamares y gambas y de postre, una
tarta.
Luego, Fiorella
nos ha llevado paseando por Capri hasta los Jardines de Augusto desde donde
se veían los famosos farallones que tantas veces vislumbraba con la imaginación
cuando leía y releía La historia de San
Michele.
Eran cerca de las 15:00
horas cuando nos han dado tiempo libre hasta las 16:30.
Pedro y yo nos tomamos dos capuchinos en el
hotel Quisisana, el más antiguo de Capri, 7 euros por capuchino, pero estuvimos
sentados muy a gusto en la terraza del hotel mientras veíamos pasar por delante
de nosotros a muchos de los compañeros de viaje.
Ya en el punto de
encuentro a las 16:30 hemos ido andando para coger de nuevo dos minibuses que
nos han llevado hasta el embarcadero, donde hemos tomado el barco de regreso a
las 17:45.
Atracamos en Castelamare
cerca de las 19:00 horas y llegamos al hotel sobre las siete y media.
Cenamos en el hotel de
primero espaguetis con tomate y albahaca y de segundo un rollo de carne
envuelto en beicon.
Lunes,
2 de octubre de 2017
Pedro y yo desayunamos a las 08:00. Salimos del
hotel con las maletas hechas y depositadas en el autobús a las 09:30.
Hoy vamos a hacer dos
visitas que no estaban previstas en el programa inicial, Herculano, que además
complementa la visita guiada que efectuó parte de la expedición por la noche
del pasado viernes, y el museo de Capodimonte. Además, el almuerzo de este día,
que tampoco entraba en el programa inicial, nos fue regalado también por Andrés.
HERCULANO
En Herculano se han
conservado hileras de casas junto a las extensas termas e instalaciones de
baño. Las excavaciones comenzaron en 1748. Desde entonces se han descubierto
calles completas junto con edificaciones. Especialmente impactante son los
esqueletos que pudimos ver en varias zonas, de aquellos desdichados que
quedaron atrapados por la erupción del volcán cuando trataban de huir de la
misma. Hoy día, los arqueólogos concentran principalmente su atención en
mantener el buen estado de las ruinas, sin desatender, no obstante, nuevas
investigaciones.
En Herculano, que me
encantó, más aún si cabe que Pompeya, estuvimos desde las 10:30 hasta el
mediodía. Luego fuimos a comer a un hotel de 4 estrellas. También esta comida,
como ya he dicho, fue regalo de Andrés. La compartimos Pedro y yo con los compañeros de
la Hermandad de Granada. Tomamos de primero entremeses, de segundo un risotto y
luego un pescado blanco con costra y ensalada muy rico. De postre un roscón
borracho. Acabamos sobre las tres de la tarde.
Museo
de Capodimonte
Este palacio del siglo
XVIII, fue residencia de verano de los reyes de Nápoles y las Dos Sicilias.
Actualmente alberga la colección artística del Museo y Galería Nacional de
Capodimonte que exhibe obras de Bellini, Botticelli, Caravaggio, Goya y Tiziano entre otros grandes
pintores.
A las 16:20 llegamos al
museo de Capodimonte que vimos durante una hora, pues no teníamos más tiempo al
tener que ir al aeropuerto. El museo merecía la pena, pudimos disfrutar de la
visión de una gran cantidad de obras, donde el rey Carlos, nuestro Carlos III,
era protagonista de muchas de ellas.
Salimos del museo a las
17:00 horas y en 20 minutos estábamos en el aeropuerto, facturando enseguida.
El avión tenía prevista su
salida a las 19:20, pero lo hizo a las 20:00 horas. Llegamos a Madrid a las
diez de la noche. Con la salida de maletas sobre las 22.30 cogía un taxi en
dirección a Las Rozas. Poco después de las 11 de la noche estaba en casa.
El viaje ha resultado
estupendo, la organización de Andrés muy buena y generosa con visitas no
incluidas en el programa. La guía Fiorella, aunque con muchos modismos
italianos, era buena y ágil.
La visita a San Michelle
fue lo que esperaba. No podía pensar en un idílico lugar de principios del
siglo XX. Tenía que ser consciente de la cantidad de turistas que ahora
viajamos y así fue, pero a fin de cuentas, pude ver la casa y hollar el mismo
suelo que Axel
Munthe.
Por último, tengo que
hablar de dos temas, siempre importantes, en un viaje de este tipo. En primer
lugar hay que decir que las comidas, si las comparo con otras expediciones
realizadas, y ya son unas cuantas, tanto con otras agencias (Viajes El Corte Inglés,
por ejemplo) como con la propia Hermandad, han estado muy por encima de la
media habitual. Un diez para Andrés.
La otra cuestión de la que
quiero hablar y con la que cierro este relato es del tiempo climatológico, que
fue espectacular, todos y cada uno de los días, con temperaturas medias que
oscilaron entre los 20 y los 25 grados. Mejor imposible.
Juan José Alonso Panero
Las Rozas, 12 de octubre
de 2017